Reflexión de alumnos becarios: Teología, justicia alimentaria y política pública en DC
por Emily Ortiz (MSW '24)
Este enero, participé en el curso llamado Teología, Justicia Alimentaria y Políticas Públicas con el profesor Jeremy Everett, director ejecutivo de la Cooperativa de Baylor contra el Hambre y la Pobreza – BCHP (por sus siglas en inglés). Cuando compartí el nombre de este curso con amigos, recibí comentarios de la extraña combinación de temas, pero como una mujer cristiana, estudiante de trabajo social, deseaba ver cómo se puede dar un cambio escalable y sostenible a nivel estructural y como el impulso para el cambio está basado en las Escrituras y en la vida de Jesús.
Todo el mundo ha pasado hambre alguna vez, esa sensación de vacío en el estómago tras varias horas sin comer. Pero algunos experimentan esta sensación todos los días, con consecuencias mayores en su funcionamiento, cognición y salud en general. Dios sabe, se preocupa y ya está trabajando para erradicar la pobreza y la inseguridad alimentaria, pero también ha dado a su pueblo la responsabilidad de cuidar de sus hermanos y hermanas en condiciones nefastas. Este cuidado puede tomar la forma de dar comida a una familia hambrienta o de un cambio a nivel sistémico, como vimos cuando nuestra clase viajó a Washington, D.C.
Adam Phillips, funcionario político designado que trabaja en alianzas globales en USAID, mencionó como USAID busca utilizar el desarrollo inclusivo para cambiar las dinámicas de poder, amplificando las voces locales en el co-diseño de programas y la comprensión de las necesidades de la comunidad. Del mismo modo, Cindy Long, Administradora del Servicio de Alimentación y Nutrición (USDA), cree que compartir el poder también significa comprometerse activamente a ayudar a otros a desarrollarse (por ejemplo, conectando a productores locales y consumidores para que puedan establecer relaciones más sólidas). Subrayó: "Abogamos por las personas, no por los programas". Creo que esa forma de pensar es clave; es fundamental para ver a otros como creación de Dios.
La mayoría de los expertos con los que nos reunimos insistieron mucho en la importancia de los datos para orientar el proceso de toma de decisiones sobre sus programas y su impacto. En concreto, me gustó cómo Laura Carroll, Asesora de Política Rural, Agricultura y Nutrición de la Casa Blanca, y Will McIntee, Asesor Principal de Participación Pública de la Casa Blanca, destacaron el proceso iterativo de innovación, realizando programas piloto y luego conduciendo investigación para confirmar la eficacia de esos programas.
En el libro “El Fin del Hambre” (Eaton & Falsani, 2020), un libro de curso, Tony Hall, antiguo congresista y Embajador de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, comparte con nosotros un consejo que recibió de la Madre Teresa: "Haz lo que tengas frente a ti". Lo que significa que, a pesar de no poder abordar todos los problemas que afectan a los más desfavorecidos, estamos llamados a ser administradores responsables de nuestro tiempo, poder, dinero y recursos para combatir el hambre y la pobreza que está frente a nosotros. Para el congresista Hall, eso significaba legislación, discursos, etc., aprovechando su poder y su posición para encontrar formas de cambiar el rumbo.
Cuando reflexiono sobre Guatemala, y sobre lo que tengo frente a mí al regresar a mi país el próximo mes, pienso en las muchas de las familias especialmente de las zonas rurales que no sólo luchan con hambre, sino también con problemas de vivienda, limitaciones de transporte y falta de acceso a una atención médica adecuada, entre otros síntomas de pobreza. Y aunque no puedo cambiar totalmente su situación, puedo darle voz a sus necesidades, como hacen el Sr. Phillips de USAID y la Sra. Long del USDA; puedo utilizar los datos para ayudar a crear iniciativas y programas para erradicar el hambre junto a aquellos que la experimentan (como espero hacer el año que viene con el BCHP, en el programa piloto “Guatemala Sin Hambre”) como me animaron la Sra. Carroll y el Sr. McIntee en la Casa Blanca, a la vez Y, en la fe, sé que estas intervenciones en favor de los pobres y hambrientos son un medio de adorar al Señor.
“Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento” Mateo 25:35